Hay ciudades y paisajes que se asocian inmediatamente con un color. Al pensar, por ejemplo, en las islas griegas del Mar Mediterráneo, vienen a la mente tintes como el blanco de sus muros y callejuelas, que remite a la practicidad y simplicidad del yeso de cal blanca; o el azul, presente en cúpulas y techos y que refiere al océano y al mundo espiritual..
Situémonos en Lo Barnechea entre el siglo XIX y XX, pleno Valle Central del país. El límite de lo que años en el futuro sería la capital y un sector caracterizado por actividades como la agricultura, minería, la montaña y las diferentes manifestaciones del agua capitalizando el paisaje. Este paraje contaba con la presencia de una arquitectura propia. Las fachadas continuas, los techos inclinados y una paleta con rojo colonial, gris y ciertos tonos crema hablaban sobre el rol que jugaba la zona como abastecedor agrícola.
Luciano Fica, encargado de proyectos de Patrimonio de la Corporación Cultural de Lo Barnechea (CCLB), explica que dichos tonalidades tienen una explicación geográfica: “Por un lado, el rojo cobrizo nace a partir de la mezcla de arcilla con cal lo que desarrollaba un material que químicamente se adhería perfecto al adobe de las fachadas de ese entonces. Y por otro, los cremas y grises nacen de la cal, material abundante en la zona por la presencia de las minas de caliza”, detalla.
En el presente, sin embargo, prima la falta de cohesión en las distintas en las fachadas del eje de Av. Lo Barnechea, donde una gama de azules y verdes atentan contra la identidad del pasado colonial cordillerano de la comuna.
Los colores, junto con describir el rol que juega cierto territorio, cargan con un papel ligado a la identidad y a lo representativo en una ciudad. Kevin Lynch (1918-84), arquitecto y célebre urbanista estadounidense, aseguró que “todo ciudadano tiene largos vínculos con una u otra parte de la ciudad y su imagen está embebida de recuerdos significativos”.
La paleta cromática de un territorio genera una especie de mapa mental que le otorga pertenencia y sentido a sus habitantes.
El proyecto “Colores de Nuestra Historia: Revitalizando las fachadas patrimoniales de Lo Barnechea”, es una iniciativa de la CCLB en colaboración con el Centro UC de Patrimonio Cultural que busca revitalizar el valor patrimonial de la comuna a través de su arquitectura.
Durante 2024, ambas instituciones levantaron información a propósito de las casas ubicadas en Av. Lo Barnechea, entre Raúl Labbé y la Plaza Nido de Águilas. Así, tras una serie de talleres participativos con los vecinos del sector, comenzó un periodo de restauración. Primero descascarando y refaccionando fachadas, para luego pintarlas.
El jueves 28 de noviembre se llevará a cabo el primer hito alrededor de “Colores de Nuestra Historia” en la esquina de Av. Lo Barnechea con Raúl Labbé, donde se inaugurará la iniciativa que tiene como fin que, tal como en las islas griegas, que los vecinos y visitantes de la comuna sientan las raíces a través del colorido que inundan las calles.
